Ya están en marcha los festejos por los 30 años de la Escuela de Teatro de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán. Ayer a la mañana se realizó el acto de entrega de reconocimientos al primer plantel docente que encaró el proyecto ideado por Julio Ardiles Gray y conducido por Juan Tríbulo en su debut en mayo de 1984, con un emotivo acto en el teatro Paul Groussac.
La ceremonia, de la que participaron la decana Raquel Pastor y el director de la carrera, Ricardo Sobral, concluyó con todo el público y los invitados sobre el escenario, cantando el tema central de la obra “Don Quijote de la Mancha”, clásico de la comedia musical realizado en la década del 70 por el Teatro Universitario. Fue la forma de sintetizar una suerte de traspaso generacional de la experiencia artística entre las viejas camadas de actores y los que están comenzando en la profesión. No podía faltar la torta con 30 velas, que fue soplada en conjunto por quienes se dieron cita en el teatro.
Por la tarde, se anunció la creación del Centro de Documentación de la Escuela, en el cual se registrarán (en diferentes soportes) las actividades teatrales de Tucumán, como aporte a la construcción de una memoria colectiva de los hechos artísticos en la provincia.
El proyecto fue respaldado por el especialista en documentar el patrimonio cultural e investigador teatral, Carlos Fos, quien disertó especialmente sobre este tema. “Tratamos de atrapar lo imposible, lo que ya está muerto, porque el teatro es un acontecimiento único e irrepetible. Los archivos tienen que ser vivos, ya que la historia es un devenir de lo que pasó, del presente y de lo que vendrá. Buscamos registrar toda la actividad, que se llena de sentido si la comunidad lo siente parte. No nos centramos en la memoria cristalizada del pasado”, explicó.
El experto resaltó que el objetivo de los investigadores es generar los espacios de fuentes, que día a día se pierden y que se lamentan cuando ya no están. “Archivar no es hacer coleccionismo, no es guardar cosas, sino preservar material, registrar constantemente, clasificarlo y catalogarlo de modo científico. Hay que trabajar en que se pueda contextualizar el material, en qué momento, a través de qué proceso y quiénes intervinieron, y hacer los cruces para analizar el material disponible”, afirmó Fos, presidente de la Asociación de Investigación y Crítica Teatral en Argentina, quien se desempeña en el Centro Cultural de la Cooperación de la Capital Federal.
El registro se basa en obtener “el mayor acervo posible de datos duros, fotos, críticas o filmaciones, y de la historia oral de todo el proceso, con entrevistas al público, a los expertos, a los teatristas y a todos quienes hayan participado en el hecho artístico”, señaló. De allí que un archivo “crece si la comunidad participa y entrega sus conocimientos”, según explicó.
Visitas importantes
Ayer también comenzó el seminario de clown “Transitando el conflicto”, a cargo de la especialista Carla Pollacchi (Buenos Aires). Y entre hoy y el viernes, el actor y director porteño Pompeyo Audivert, de amplia y reconocida trayectoria en el país, dictará su curso “La máquina teatral”.
Además, durante toda la semana se realizarán mesas panel para analizar el presente y futuro de la carrera y se presentarán muestras de distintos talleres y espectáculos, con funciones nocturnas en la sala Groussac (Alberdi 71). Hoy, a las 22, se pondrá “Freak Show”, el texto escrito por Martín Giner.
Mañana habrá un hecho significativo, cuando se presente a debate el proyecto de reforma del plan de estudios, que es el mismo de cuando comenzó la carrera, hace ya tres décadas. El objetivo es que, luego de rondas de análisis, la iniciativa sea elevada a tratamiento del Consejo Directivo de la Facultad, para actualizar la currícula.